domingo, febrero 10, 2008

El Ejercicio de Bordar Retazos, Cuarta de Forros

Si los retazos de este blogspot alguna vez conformaran un honorable libro de ensayos, las siguientes líneas podrían estar escritas en su cuarta de forros:

Islotes de reflexión elaborados a partir de esbozos de teorías, citas de la historia del arte y la literatura y trozos de basura potencialmente significativa, la de la cultura de masas, rescatados de su depósito inmaterial, la memoria. Esta es la oferta del archipiélago de ensayos El ejercicio de bordar retazos. Aquí, los textos trabajan a partir de la yuxtaposición de mundos discursivos, a la manera de un rompecabezas donde las partes van formando una imagen de piezas disímiles que, en su montaje, buscan tejer un argumento. Si la imagen busca recrear una fabulación colectiva, el argumento resultante se propone recomponer las piezas del mito: las órbitas, las relaciones y los centros de gravedad de ese universo de creencias. La imagen parece ser la misma pero se ha trastocado el entramado de la ficción o se ha deslizado una justificación coherentemente absurda en nuestras certezas. Dentro de este ejercicio de collage Jaime Maussán tiene inquietudes similares a Caspar D. Friedrich, King Kong es el eslabón que explica el paso de Moby Dick a Keiko y una faneroscopía de la comida congelada puede darnos la clave para el viejo dilema entre el ser y el devenir.


Esta colección de textos es una invitación a la promiscuidad semántica. El escenario de estas prácticas es el ensayo literario que, en esta ocasión, busca llegar al lector en la dinámica más propicia para el contagio, la risa. A diferencia del análisis, la risa emerge en un efecto de superficie que re-elabora su propio código y sella el contrato de su veracidad en la fisiología intempestiva de los movimientos del estómago. Es la emergencia abrupta de una causalidad que está antes de voluntad. Así, en esta colección de ensayos, el detonante del pensamiento se puede rastrear en las secreciones que son efecto de esas trepidaciones involuntarias: los péptidos opioides y en especifico la endorfina. Aquella que nos saca a la superficie y nos aleja del profundo y doloroso drama de la verdad y nos deja flotando en el equívoco ejercicio de sus accidentes.

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